La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una de las mayores causas de morbimortalidad en España y en el mundo, donde es la 3ª causa de muerte. Afecta enormemente a la calidad de vida de las personas con esta enfermedad. El estudio EPISCAN II estimó una prevalencia de la EPOC del 11,8% en la población española entre 40 y 80 años. Y pese a ello presenta unas cifras de infradiagnóstico de cerca del 75%. Este problema se agrava en las mujeres, cuya tasa de infradiagnóstico se sitúa en el 80,6% frente al 70,4% de los varones.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha puesto en marcha un nuevo componente predictivo del Índice Nacional de Calidad del Aire Nacional Previsto (ICA Previsto) que permitirá a los usuarios consultar la calidad del aire en España prevista para dos días, el actual y el siguiente.
El International Primary Care Respiratory Group (IPCRG) ha publicado un artículo que describe las prioridades para la investigación respiratoria desde la perspectiva de la atención primaria. Describe la evidencia que los médicos de atención primaria quieren que les permita mejorar el valor de las guías para su práctica y mejorar su atención a los pacientes con problemas respiratorios.
Las temperaturas calientes y frías pueden afectar los síntomas de una persona que vive con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), según nuevos hallazgos. Esto es particularmente importante ahora debido al cambio climático. Este estudio tuvo como objetivo observar cómo los cambios de temperatura pueden afectar a las personas que viven con EPOC. Los hallazgos han sido publicados en European Respiratory Journal Open Research .
Los pulmones tienen dos funciones principales. Una es obtener el oxígeno del aire que va hacia el cuerpo y otra es eliminar el dióxido de carbono, de acuerdo con MedlinePlus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó que los pulmones son el órgano más vulnerable a la infección y las lesiones del ambiente externo, debido a la exposición constante a partículas, productos químicos y organismos infecciosos en el aire.